Mi enfoque es integrador, humanista y siempre respaldado por la evidencia científica. El objetivo de mi trabajo es maximizar la autonomía de la persona, protegiendo y potenciando la identidad y sus valores únicos.
Entiendo que los problemas de salud mental surgen de una combinación de factores que incluyen biología, genética, educación, tendencias psicológicas y entorno. Esto da lugar a dificultades de adaptación que son las que pretendo ayudar a resolver.
Trabajo en colaboración con mis pacientes para encontrar el tratamiento más eficaz para cada caso, explicando el diagnóstico y todas las opciones de tratamiento disponibles, acordando con ellos el más adecuado. Mi misión es finalmente ayudar a que cada persona pueda hacerse cargo de su propia salud, tanto mental como física y alcance todo su potencial.
Forma de trabajo
En la primera consulta se recoge el historial personal, familiar y médico. Se realiza una evaluación detallada del problema, analizando el estado mental y los factores externos que influyen en la situación.
Después se definen de mutuo acuerdo con el paciente los objetivos y los problemas a resolver, decidiéndose a partir de ahí el tratamiento más adecuado que suele consistir en una combinación de psicoeducación, tratamiento farmacológico y psicoterapia de apoyo, con la colaboración, cuando es necesaria, de la familia.
Durante las consultas posteriores se seguirá el plan de tratamiento diseñado en la primera consulta, adaptándose a las necesidades que van surgiendo. Durante estas citas se busca un intercambio abierto, explorando en detalle la naturaleza única e individual del problema. El objetivo es lograr una relación participativa y de colaboración entre médico y paciente.
Aunque hay personas que prefieren asistir a la consulta en solitario, suele ser recomendable venir acompañado por algún familiar o amigo, ya que ayuda a tener una información más completa sobre el problema y a comprender mejor la situación. En el caso de que venga acompañado, lo habitual es que la primera parte de la consulta la realice individualmente y, en la segunda parte de la consulta, se incorpore el acompañante para que pueda aportar su punto de vista, siempre en presencia del paciente.