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Tener una dependencia física no es tener una adicción

Adicción y dependencia física

Las adicciones son tan frecuentes que no nos damos cuenta de lo extrañas que son: ¿Cómo puede ser que te levantes por la mañana decidido a no fumar más y termines fumando? ¿O tener claro que no debes beber más alcohol y aún así no poder dejarlo? Esto es la adicción: nos parece que somos libres, nos sentimos libres, nos creemos libres, pero no es así.

Cuando ocurre resulta muy confuso, especialmente para el que lo padece, ya que nuestra mente está diseñada para creerse el agente de la acción, de sentir libre albedrío. Por eso identificamos cada conducta, cada decisión con nosotros mismos, con nuestro yo. En la adicción se rompe el espejismo.

En la enfermedad de la adicción se pierde la libertad de hacer lo que uno quiere, a veces sin ni siquiera darnos cuenta. Pero hay que tener cuidado con un concepto diferente que genera bastante confusión: la dependencia física. Tener dependencia física no es tener adicción.

¿Qué es la dependencia física?

Llamamos dependencia física a la aparición de síntomas al dejar de consumir una sustancia a la que el cuerpo se ha acostumbrado. Algunos ejemplos de esta dependencia son la aparición de una crisis epiléptica ante la retirada brusca de somníferos, el síndrome de abstinencia de la heroína o también el delirium tremens al dejar de beber alcohol.

Surge cuando el organismo se ha habituado a funcionar con un cierto nivel de una sustancia extraña en la sangre. Durante semanas o meses ha adaptado todos sus sistemas a esta situación tóxica hasta lograr un cierto equilibrio. Pero si quitamos la sustancia muy rápidamente, el equilibrio se rompe y pueden aparecer síntomas diversos hasta que el cuerpo se acostumbra de nuevo a su desaparición.

La dependencia física es un problema que acompaña a algunas sustancias adictivas y hace más difícil el dejarlas, ya que cuando la persona se conciencia e intenta mantener la abstinencia aparecen síntomas que le hacen sentirse mal. Sin embargo, es sencilla de resolver. De hecho, se soluciona en unas pocas semanas con un tratamiento simple. No sucede lo mismo con la adicción.

Diferencias con la adicción

Por eso es importante no confundir dependencia física y  adicción: son cosas muy distintas. Hay sustancias que no tienen dependencia física relevante (como el tabaco o la cocaína) pero que sin embargo pueden ser muy adictivas, es decir, nos quitan fácilmente la libertad de decidir dejarlas. También puede ocurrir lo contrario: sustancias con dependencia física pero que no son adictivas. Podemos abandonarías sin esfuerzo, pero si lo hacemos rápido, aparecen síntomas graves. Un ejemplo de esto último son los corticoides: fármacos no adictivos, pero que al ser retirados de golpe pueden incluso causar la muerte.

Muchas veces a la adicción se la llama “dependencia psicológica” para diferenciarla de la dependencia física, aunque es más correcto hablar de adicción. También se dice que determinada sustancia no es tan peligrosa porque no tiene dependencia física o que alguien “consume porque quiere” ya que la sustancia a la que es adicto no tiene “dependencia física”. Todas estas afirmaciones son incorrectas, se basan en conceptos antiguos ya superados. Hace décadas se creía que la causa de que a las personas les costase tanto esfuerzo dejar una adicción era la dependencia física, pero ahora se sabe que esto no es así. Se creía también que consumir de vez en cuando no era un problema porque no se desarrollaba dependencia física (aunque sí dependencia “normal” o adicción). Por eso se decía que la cocaína no era peligrosa ya que no tenía dependencia física. Ahora sabemos que aunque no provoque dependencia física sí provoca adicción, de hecho la cocaína es una de las droga más adictivas que existe.

Hay un tipo especial de adicciones que nunca tienen dependencia física: las adicciones conductuales como por ejemplo la ludopatía, los atracones de comida o la adicción al sexo. En estos problemas no hay una sustancia a la que acostumbrarse por lo que no hay dependencia física, pero sí está presente la falta de libertad. Tener clara esta falta de libertad es el paso más importante para poder luchar contra la adicción, por eso es tan necesario tener estos conceptos claros y  no confundirse.